El 30 de noviembre de 1803 partía de La Coruña la corbeta “María Pita” con una curiosa tripulación formada por 22 niños y dos médicos del rey Carlos IV, Javier Balmis y José Salvany. Su misión era llevar a las colonias españolas la vacuna de la viruela, recién descubierta. No existía ninguno de los modernos sistemas farmacéuticos, así que la única manera de conseguir transportarla era conservada en vivo, mantenida en los niños, a los que se vacunaba en un brazo produciendo la clásica erupción. La vacuna fue pasando así de un chico a otro de tal manera que, al terminar la travesía del Atlántico, todavía había alguno que mantenía fresca la marca vacunal. Con este rudimentario método, Balmis y Salvany consiguieron llevar el remedio contra la viruela a América. Allí organizaron un sistema de hospitales y centros de vacunación para que, por el mismo método, la vacuna se extendiera por el mismo continente. Tuvieron que vencer no pocas dificultades, muchas de ellas debidas al rechazo al remedio, que también causaba muchos problemas en Europa.
El propio Jenner, que había descubierto la vacuna en 1796, afirmó: “No me imagino que en los anales de la historia haya un ejemplo de filantropía tan noble y extenso como éste”.
Balmis y Salvany recalaron primero en Puerto Rico y luego en México, en Veracruz en febrero de 1804. Luego se dividieron. Balmis atravesó el país y siguió por el Pacífico hasta Filipinas regresando a España en 1806. Salvany tuvo peor suerte. Siguió camino por Colombia y todos los Andes atravesando Ecuador, Perú y Bolivia hasta que, en 1810, murió en Cochabamba.
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Para ampliar información, un nuevo libro en la biblioteca:
REAL EXPEDICIÓN FILANTRÓPICA DE LA VACUNA (1803-1806)
Localización: 61/BAL/rea
NºR: 8544
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