En 1931 no había apenas bibliotecas públicas en España y ninguna escuela rural contaba con libros infantiles. La labor emprendida por el Patronato de las Misiones, en la que participaron de manera destacada María Moliner y Juan Vicens, fue la mayor campaña de lectura que jamás se hizo en España: se repartieron bibliotecas para adultos y niños por pueblos y aldeas a los que no se podía llegar en automóvil y donde no había luz eléctrica.
En general, las colecciones de libros se instalaban en la escuela, y el Patronato las enviaba a los solicitantes cuando le constaba que quien se hacía cargo de ellas daba garantías de que funcionarían con eficacia.
"Son los muchachos, de ordinario, quienes mueven a leer a sus padres y hermanos. Libro que el chico lleva a su casa es leído por el resto de la familia"
Exposición sobre las Misiones Pedagógicas en el Kiosco Alfonso de A Coruña.
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